Esta muy claro que la supuesta 'religiosidad' de los pueblos originarios no es tal, sino que ajustan su conducta a las leyes naturales. Ningún 'Dios' puede hacer milagros si la gente no cumple con sus tareas y con las normas naturales.
El bienestar no está en las manos de los 'dioses' sino de la gente, que ha de doblegar su egoísmo, su ambición y su apetito, ha de organizarse y ajustarse a las normativas del calendario de tareas.
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